En Chile, como en muchos países los adolescentes están iniciando actividad sexual a edades más tempranas que en generaciones anteriores. La evidencia científica muestra que el inicio de la actividad sexual a más temprana edad puede tener consecuencias psicológicas, sociales y económicas negativas.
Por otro lado, el inicio sexual temprano expone a los adolescentes a tener comportamientos sexuales de riesgo, entre ellos, múltiples parejas sexuales, o a ser inconsistentes en sus prácticas sexuales más seguras (uso de anticonceptivos). Las combinaciones de estos factores ponen en riesgo a los adolescentes a una variedad de problemas que incluyen los embarazos no planeados y la adquisición de infecciones de transmisión sexual.
Para promover actitudes y comportamientos más saludables es fundamental la educación en sexualidad escolar, la cual busca entregar a niños, niñas y personas jóvenes, el conocimiento, las competencias y los valores que les permitan asumir responsabilidad sobre su vida sexual y social. Una educación en sexualidad planteada desde un enfoque integral, con énfasis en prevención del embarazo adolescente, ITS, VIH/SIDA, está relacionada con un comienzo más tardío de la actividad sexual, un menor número de parejas sexuales y un uso más amplio y sistemático del preservativo. Además, contribuye a mejorar las actitudes hacia las personas que viven con VIH y puede reducir el estigma y la discriminación.