Las nuevas tecnologías de la comunicación han irrumpido en las vidas de las personas convirtiéndose en un elemento fundamental en el quehacer diario para el afrontamiento y resolución de un sinfín de situaciones que en otro tiempo resultaban complejas o de larga ejecución. Estas nuevas tecnologías como el Internet y los dispositivos móviles, han permitido acceder a las redes y de esta forma estar en comunicación permanente o de contar con todo tipo de información a tiempo real. Sin embargo, el uso excesivo, sin límites e incontrolado de la utilización de estas redes, han producido en las personas más vulnerables un síndrome clínico con características similares a las conocidas “adicciones químicas” y que interfiere en el desarrollo de las obligaciones de la vida diaria pudiendo complicarse con problemas: físicos, psicológicos y sociales en quienes lo padecen.
Es así, como las personas que abusan y dependen del internet, tienen grandes probabilidades de sufrir trastornos como ansiedad, depresión, apego enfermizo y ludopatía.